Alternativas al gas natural para la calefacción
30 septiembre, 2022
El gas natural es una de las formas de calefacción tradicionalmente más populares en España. Sin embargo, debido a la subida de precio que está teniendo lugar a raíz de la guerra en Ucrania, la búsqueda de alternativas al Gas Natural se ha incrementado, ya que se está convirtiendo en una materia prima cada vez más cara e imprevisible.
Este hecho, sumado a que no todos los suministros cuentan con acceso al gas natural, ya que se precisa una infraestructura específica, provoca que cada vez más gente se plantee formas alternativas de calentar sus casas y negocios.
De hecho, el tipo de calefacción que se utilice en un inmueble es una elección importante que tendrá repercusiones directas en los costes de cualquier empresa, por no hablar de que, según la opción que escojamos, estaremos arrojando más o menos CO2 a la atmósfera.
En términos generales, cuando hablamos de calefacción hay que tener presente el clima en el que nos encontramos, ya que:
- En climas muy fríos, las alternativas al gas natural deberán poseer un alto poder calorífico para resistir las bajas temperaturas y lograr una rentabilidad en el consumo, aunque éste sea grande.
- En climas más templados, en cambio, será posible decantarse por alternativas con un menor poder calorífico que, además, supongan un gasto mínimo.
En este artículo te enumeramos todas las alternativas, tanto renovables como no renovables, que existen a la calefacción por gas natural para que te hagas una idea de cuáles son las ventajas e inconvenientes que ofrece cada una de ellas. ¡Empezamos!
Alternativas renovables
Servirse de energías renovables para la calefacción es una forma de contribuir al ahorro de los recursos naturales finitos del planeta tierra, por lo que suelen ser más sostenibles. Sin embargo, algunas de estas opciones, aunque se consideran renovables, no son energías limpias, ya que en algunos casos se produce una combustión que libera gases nocivos a la atmósfera.
Una vez hecha esta diferenciación entre energías renovables y energías limpias, pasemos a ver cuáles son las opciones en cuanto a calefacción con renovables.
Biomasa
La biomasa es una forma de calentar mediante la combustión de recursos naturales como cáscaras de almendra, serrín, huesos de aceitunas, trozos de frutos secos o lo que se conoce como pellets.
Esta combustión no produce gases nocivos, con lo cual se trata de una opción respetuosa con el medio ambiente. Sin embargo, su poder calorífico es relativamente bajo y no funciona bien en ambientes húmedos.
Térmica
Las placas solares no solamente sirven para generar electricidad. La radiación solar que recolectan puede transformarse en el calor necesario para calentar agua y, de ahí, pasarla a un sistema de calefacción por radiadores o suelo radiante.
Geotermia
Este tipo de calefacción aprovecha el calor de la tierra y, mediante unas bombas de calor que se encuentran bajo tierra, éste se desplaza hacia la superficie. Se trata de un sistema de díficil y costosa instalación, pero que puede suponer un gran ahorro en las facturas de por vida. Además es respetuoso con el medio ambiente ya que no genera residuos tóxicos.
Aerotermia
La aerotermia es un modo de calefacción que usa el aire como fuente principal, llevando el aire del interior hacia el exterior. Así, en invierno transportan el aire frío hacia fuera y, en verano, expulsan del interior el aire caliente.
Es un sistema de climatización, más que de calefacción, y por eso está recomendado en climas templados donde no sea necesario calentar mucho. Se trata de una instalación sencilla que no necesita ningún tipo de combustible para su funcionamiento.
Alternativas no renovables
Cuando hablamos de energías no renovables nos referimos a que estamos haciendo uso de recursos naturales finitos, como el gas o el carbón. Las opciones que hay en este caso son las siguientes.
Combustibles
Igual que el gas natural, la calefacción de gas propano o de gasóleo utiliza la combustión de un gas para generar calor. Concretamente, el gas propano se considera una gran alternativa al gas natural en viviendas o negocios que tengan un gran consumo energético y necesidades térmicas exigentes.
El propano tiene un gran poder calorífico, lo cual lo convierte en un método muy eficiente ya que proporciona más calor con menos cantidad de material quemado, y además es capaz de cubrir térmicamente espacios grandes.
El gas butano es otra alternativa, pero se recomienda más para usos puntuales, ya que comporta cierta peligrosidad y su precio también es muy variable.
Mineral
La calefacción por quema de carbón es ya cosa del pasado, aunque todavía existen estufas que utilizan este mineral para dar calor. Se trata de una fuente de energía natural, pero no es renovable ni tampoco limpia, ya que contamina mucho.
Sin embargo, el carbón es un material que tradicionalmente se ha utilizado mucho por su gran poder calorífico, aunque se necesitan grandes cantidades de carbón para mantener una vivienda media.
Antiguamente, las calderas de muchos edificios funcionaban con carbón, pero en 2012 se prohibió el uso de estas calderas en el Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios (RITE), con el fin de reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Vegetal
Se entiende como vegetal la quema de leña en chimenea. Hoy día, en la mayoría de casos, se trata de un tipo de calefacción complementaria y lo que más se valora es la calidad del calor que da el fuego.
Sin embargo, es un tipo de calefacción exclusiva, ya que no todo el mundo tiene acceso a poder tener una chimenea en casa y, además, la leña es cara y requiere de espacio para almacenarla. Eso sí, cuenta con un alto poder calorífico.
Electricidad
La electricidad, por último, es por supuesto otra forma de calentar las casas y negocios. La colocamos dentro de las alternativas no renovables siempre y cuando no podamos garantizar que la electricidad de un suministro proviene de fuentes renovables.
Existen muchas opciones para calentar la casa con electricidad: estufas eléctricas, ventiladores con calefactor, aparatos de aire caliente, radiadores eléctricos, etc. El poder calorífico dependerá del tipo de aparato que se elija en cada caso y habrá que tener en cuenta que las facturas de la luz subirán considerablemente, sobre todo en las épocas de más frío.
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