La UE se lanza a renovar el mercado eléctrico

El pasado mes de septiembre de 2022 la UE aprobó intervenir el mercado eléctrico estableciendo límites a los beneficios extra de las empresas y apoyando medidas de reducción del consumo. Los 27 ministros de Energía de la UE cerraron un acuerdo con los objetivos de introducir un gravamen a las empresas de combustibles fósiles, limitar los ingresos de nucleares y renovables y reducir el consumo de luz en horas punta.

Intervenir el mercado de la electricidad significa por lo tanto, poner límites a los beneficios extraordinarios empresarialesal mismo tiempo que se reduce de forma obligatoria el consumo eléctrico en horas punta a nivel europeo. Las tres medidas básicas que fueron aprobadas son:

• Reducción global voluntaria de consumir un 10% menos de consumo bruto de electricidad fuera de las horas punta y una reducción obligatoria del 5% en horas punta.
• Establecer un gravamen mínimo del 33% para los súper beneficios de las empresas de combustibles fósiles.
• Establecer un tope máximo de 180 euros megavatio/hora para las energías inframarginales (renovables, nucleares y lignito).

De acuerdo con lo aprobado por los ministros, los estados miembros pueden mantener medidas nacionales equivalentes a la tasa de solidaridad (impuesto a los beneficios de las empresas fósiles) siempre que sean compatibles con los objetivos del reglamento y generen ingresos al menos comparables.

Bruselas ha establecido una cifra aproximada de 142.000 millones de euros como cantidad que pueden llegar a recaudar los estados miembros con los topes establecidos a los súper beneficios de las industrias inframarginales (nucleares, lignito y renovables) y a las industrias de combustibles fósiles.

Todas estas medidas propuestas tienen carácter extraordinario y, por lo tanto, deben tener una duración limitada, por lo que esta herramienta de contención del mercado eléctrico se aplicará solo hasta el 31 de marzo de 2023. No obstante, la Comisión Europea se comprometió a llevar a cabo una revisión de la herramienta de emergencia eléctrica antes del 28 de febrero de 2023, en función de la situación del suministro eléctrico y los precios de la electricidad en toda la UE, y presentar un informe sobre las principales conclusiones de ese examen al Consejo.

Sobre las aportaciones solidarias del sector fósil, es decir, la tasa sobre los beneficios extraordinarios de dicho sector, la Comisión llevará a cabo una revisión antes del 15 de octubre de 2023, en vista de la situación general del sector de los combustibles fósiles y los beneficios excedentes generados, y presentará un informe sobre las principales conclusiones de esa revisión al Consejo.

Ingresos obtenidos de la renovación

Los ingresos extra recaudados deberán ser canalizados por los estados miembros hacia los consumidores finales de electricidad, tanto privados como comerciales, que están expuestos a precios elevados. Dichos ingresos pueden ser utilizados para proporcionar apoyo a los ingresos, reembolsos, inversiones en energías renovables, eficiencia energética o tecnologías de descarbonización. El apoyo que se brinde debe mantener un incentivo para la reducción de la demanda de electricidad.

Cada estado miembro va a utilizar las medidas de su elección para recaudar y redirigir los ingresos excedentes hacia el apoyo y la protección de los clientes finales de electricidad. Para ello se introdujeron algunas flexibilidades para reflejar las circunstancias nacionales y las medidas vigentes a nivel nacional, como por ejemplo la posibilidad de establecer un límite de ingresos más alto, utilizar medidas que limiten aún más los ingresos del mercado, diferenciar entre tecnologías y aplicar límites a los ingresos del mercado de otros actores, entre otras flexibilidades.

Además de los ingresos generados para los estados miembros, la reducción de la demanda en el mercado eléctrico también ayuda a disminuir los precios, al reducir la necesidad de disponer de costosas centrales eléctricas de gas para satisfacer la demanda.

Medidas para renovar el mercado eléctrico

Tal y como acabamos de ver, para intervenir el mercado eléctrico y hacer frente a los altos precios de la electricidad se han establecido tres medidas fundamentales que consisten en un impuesto solidario a las eléctricas que utilicen combustibles fósiles, un límite a los ingresos para las inframarginales, y una reducción de la demanda de electricidad. Veamos a continuación con más detalle cada una de estas medidas.

Impuesto solidario a las eléctricas que utilizan combustibles fósiles

Los estados miembros pactaron el pasado septiembre establecer una contribución solidaria, temporal y obligatoria, que afecta a las ganancias de las empresas activas en los sectores del petróleo crudo, el gas natural, el carbón y las refinerías. Este impuesto se calcula sobre los beneficios, siempre y cuando superen en un 20% el promedio anual desde 2018.

Al mismo tiempo los países podrán mantener otras medidas nacionales equivalentes a esta tasa, siempre que sean compatibles con los objetivos del reglamento y generen ingresos, al menos, comparables.

Los ingresos provenientes de la contribución solidaria servirán para brindar apoyo financiero a los hogares y las empresas, y para mitigar los efectos de los altos precios minoristas de la electricidad.

Este impuesto estará en vigor hasta el 31 de diciembre de 2023.

Límite a los ingresos de las inframarginales (renovables, nuclear y lignito)

Se limitan los ingresos a las generadoras de electricidad a 180€/MWh, incluidos los intermediarios, que utilizan las denominadas tecnologías inframarginales. Este tope se establece para preservar la rentabilidad de los operadores y evitar entorpecer las inversiones en energías renovables.

Esta medida se aplicará hasta el 30 de junio de 2023.

Reducción de la demanda de electricidad

Este acuerdo consiste en una reducción global voluntaria del 10% del consumo bruto de electricidad y una obligatoria del 5% del consumo de electricidad en las horas punta. Los diferentes estados miembros de la UE deben identificar el 10% de sus horas punta entre el 1 de diciembre de 2022 y el 31 de marzo de 2023, durante las cuales reducirán la demanda. Cada país será libre de elegir las medidas apropiadas para reducir dicho consumo.

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