Tope del gas en 40 €/MWh, ¿cómo se traduce en la factura?
24 agosto, 2022
La “excepción ibérica”, aprobada por la Comisión Europea, establece un tope a 40€/MWh en el precio del gas para generar electricidad durante seis meses. Los seis meses siguientes este tope irá subiendo cinco euros cada mes, lo cual da como resultado que el máximo del precio del gas de media hasta junio de 2023 será de 48,8 €/MWh.
Así pues, el tope del gas en 40 €/MWh es un sistema para reducir los costes de producción de electricidad en instalaciones de ciclo combinado, cogeneración y carbón. Con este ajuste se quiere evitar la subida de precio de la electricidad en el pool eléctrico y, desde su puesta en marcha el pasado 15 de junio, ya se empiezan a notar en las facturas, pero no de una forma tan positiva como esperábamos.
¿Por qué el precio del gas afecta al precio de la luz?
El motivo principal por el que el precio del gas afecta al precio de la luz es que prácticamente una cuarta parte de la electricidad que se genera en España procede de centrales térmicas de ciclo combinado, las cuales utilizan gas natural como materia prima para producir energía eléctrica. Según datos de la Red Eléctrica Española, en 2021, casi tres de cada diez megavatios fueron producidos gracias al gas.
Sin embargo, no toda la producción energética depende del gas. En un país como España, gran generador de energías renovables como la eólica, la hidroeléctrica y la solar, el precio del gas podría no afectar tanto. Pero es aquí donde entra en juego el mecanismo de fijación de precios.
En todos los países europeos, el precio de la electricidad se fija mediante subastas diarias para cubrir la demanda que se prevé para el día siguiente. Los productores de energía ponen su electricidad a la venta y las comercializadoras eléctricas compran primero la más barata, como es lógico en cualquier mercado.
Cuando las energías más baratas se agotan, lo cual depende de la producción que haya permitido la meteorología en el caso de las renovables, las comercializadoras empiezan a comprar las energías más caras, que suelen ser las generadas a partir de la combustión de gas, también conocidas como las de ciclo combinado.
Para evitar una desestabilización del mercado eléctrico, el precio lo fija la energía más cara que entra en el sistema. Y esta energía es la producida a partir de gas natural.
Esto significa que, en la práctica, el precio que pagan los usuarios finales en sus facturas de luz es una derivada del precio del gas, puesto que es la tecnología más cara y que el mercado eléctrico depende de ella, ya que las renovables no producen suficiente para toda la demanda eléctrica.
Además, a esto hay que sumarle todavía otro factor. Y es que la generación de energía por gas se ha encarecido también por la subida de los impuestos europeos en concepto de derechos de emisión de gases de efecto invernadero.
El tope del gas en las facturas de luz
Si a muchos usuarios les costaba entender la factura de la luz, ahora, con la introducción del tope del gas, todavía puede resultar más complicado su comprensión. Son muchos los usuarios que están recibiendo sus facturas de luz con un nuevo concepto en la lista: la compensación por el tope del gas.
Este mes de julio, el tope del gas ha encarecido las facturas de los usuarios en al menos 15 euros, dependiendo del tipo de contrato eléctrico que se tenga. Así pues, se trata de un recargo variable que se ha empezado a aplicar en algunos consumos realizados desde el 15 de junio.
Los usuarios afectados son aquellos que tienen un contrato de luz indexado al mercado mayorista, así como los que tienen contratado un precio fijo cuya vigencia comenzó el 26 de abril de 2022, independientemente de cuál sea su comercializadora.
Estos consumidores deben pagar los costes que se derivan de la puesta en marcha de la medida y, de momento, eso ha provocado un incremento en la factura. Según el Gobierno, sin embargo, limitando el precio del gas se conseguirá rebajar el precio de la luz, contrarrestando la volatilidad del mercado energético a raíz de la guerra en Ucrania.
Así pues, este nuevo concepto se incluye en las facturas de la luz y es un importe que se cobra a los usuarios para la financiación del tope del precio del gas. El objetivo es compensar a las centrales de generación de electricidad de ciclo combinado, que tienen que comprar el gas en el mercado internacional a precios desorbitados para seguir produciendo la electricidad necesaria para cubrir la demanda.
¿A quién beneficia esta medida?
Si el resultado es que los usuarios paguen más en sus facturas, te estarás preguntando: ¿a quién beneficia el tope del gas? En primer lugar y por supuesto, es una medida que busca ayudar a las productoras de electricidad de ciclo combinado, que, de otro modo, no verían rentable producir electricidad debido a los altos precios del gas.
Si estas productoras decidieran no producir electricidad por motivos económicos, se produciría una escasez eléctrica y, de todos modos, los precios de la electricidad subirían sustancialmente debido a las reglas de la oferta y la demanda. Así pues, a la larga, la medida pretende beneficiar a los consumidores y a la sociedad en general, aunque de entrada y a juzgar por las facturas parezca lo contrario.
Concretamente, el tope del gas busca beneficiar tanto a los consumidores que tienen contratadas tarifas de energía fijas, como aquellos que las tienen variables. Esto es así porque se espera que la medida contribuya a rebajar el precio de la electricidad en el mercado mayorista.
Sin embargo, los usuarios acogidos a la tarifa regulada PVPC y los que tengan una tarifa de industria experimentarán un ahorro mucho más limitado. Las previsiones dependen mucho de los expertos y el funcionamiento de la medida va cambiando semana tras semana. Lo que es cierto hasta el momento es que, por ahora la mayoría de usuarios han salido perjudicados pagando más en sus facturas. Tendremos que ver qué ocurre en los próximos meses.