¿Qué es la potencia instalada y cómo afecta a tu sistema eléctrico?
11 de julio, 2025
Si estás al frente de una empresa, gestionas una oficina o simplemente necesitas entender mejor cómo funciona tu instalación eléctrica, es fundamental que sepas qué es la potencia instalada. Este término hace referencia a la suma total de la potencia de todos los equipos eléctricos conectados en un espacio, y conocerlo te ayudará a tomar decisiones más acertadas en cuanto al consumo energético, la seguridad de la instalación y la potencia contratada que realmente necesitas.
A menudo, no se le da la importancia que merece, pero calcular correctamente la potencia instalada puede suponer un ahorro económico importante y evitar problemas como cortes eléctricos o sobrecargas.
En este artículo te explicamos en detalle qué significa este concepto, cómo calcularlo paso a paso, en qué se diferencia de la potencia contratada y qué valores puedes esperar en espacios como oficinas o locales comerciales.

¿Cómo se calcula la potencia instalada?
Aunque parezca que no, calcular la potencia instalada es un proceso sencillo. Sin embargo, requiere de un balance completo de todos los elementos eléctricos que conforman una instalación eléctrica.
No obstante, recalcamos ciertos puntos básicos a tener en cuenta. Uno de ellos es Identificar todos los equipos eléctricos que haya en la oficina desde ordenadores, equipos, electrodomésticos y cualquier tipo de dispositivo de iluminación. De ese estudio se deberá sacar la potencia nominal de cada uno, la cual suele venir dada en vatios (w) que nos dará una suma de potencias en kW.
En instalaciones grandes o complicadas, es recomendable usar lo que se conoce como factor de simultaneidad. ¿Qué significa esto? Básicamente, que no todos los equipos funcionan al mismo tiempo. Por ejemplo, en una oficina no todos los ordenadores estarán encendidos a la vez, o en casa no tendrás el aire acondicionado, el horno y la lavadora funcionando simultáneamente.
Este factor nos ayuda a calcular cuánta electricidad necesitamos realmente, no la máxima teórica si todo estuviera funcionando al 100%. Así conseguimos un sistema más eficiente y, lo que es muy importante, más económico.
¿Cuál es la potencia máxima de una oficina?
La potencia que necesita una oficina no tiene una respuesta única. Es como intentar calcular cuánta comida necesitas para una cena sin saber cuántos invitados vendrán. Todo depende de múltiples factores que van tomando forma según el día a día de cada empresa: el número de personas que trabajan allí, el tipo de equipos que utilizan, las horas que permanecen encendidos, el tamaño del espacio y, por supuesto, si cuentan con sistemas de climatización eléctrica.
Como referencia aproximada, las oficinas pequeñas de una a cinco personas suelen moverse entre 3,5 y 6,9 kW. Las medianas, de seis a quince trabajadores, oscilan entre 7 y 12 kW. Mientras que las grandes, con más de quince personas, pueden superar fácilmente los 15 kW. Pero estas cifras son solo un punto de partida, una primera aproximación.
La clave está en realizar un cálculo detallado de la potencia instalada. Es el único camino para descubrir cuánta energía necesita realmente tu oficina. De esta manera, puedes contratar exactamente lo que requieres, sin caer en el error de sobredimensionar y pagar más en la factura eléctrica, pero tampoco quedarte corto y sufrir cortes por sobrecarga.
Existe otro aspecto fundamental que muchas empresas pasan por alto: la anticipación al cambio. Si tienes previsto aumentar la plantilla, incorporar equipos adicionales o mejorar los sistemas de climatización, es crucial revisarlo. Numerosas compañías terminan pagando de más por no haber actualizado su cálculo de potencia desde hace años, como si el tiempo se hubiera detenido en sus instalaciones mientras la actividad empresarial seguía su curso natural.
¿Cuál es la diferencia entre potencia instalada y potencia contratada?
En el mundo empresarial existe una confusión que se repite una y otra vez, como un malentendido que se transmite de oficina en oficina. Muchos creen que la potencia instalada y la potencia contratada son la misma cosa. Aunque ambas giran en torno al mismo concepto, son dos realidades completamente diferentes.
La potencia instalada es la capacidad total de consumo eléctrico teórico de todos los equipos que tienes conectados en tu instalación. La potencia contratada, por otro lado, es la cantidad de kilovatios que has acordado con tu comercializadora de electricidad, esa cifra que determina cuánta energía puedes usar simultáneamente sin que salten los fusibles o se produzcan cortes de suministro.
La potencia contratada se establece cuando firmas el contrato con la compañía eléctrica y genera un coste fijo mensual en tu factura, independientemente de que consumas toda esa energía o no. Es una cantidad que pagas cada mes, uses o no uses toda esa potencia.
Si la potencia contratada es inferior a la que realmente necesitas, los cortes eléctricos se convertirán en visitantes indeseados cada vez que superes el límite. Por el contrario, si es muy superior a lo que realmente necesitas, estarás pagando de más cada mes, dinero que se va directo de tu bolsillo sin ningún beneficio.
Por eso, calcular correctamente la potencia instalada se convierte en una pieza fundamental para contratar la potencia adecuada y evitar tanto costes innecesarios como problemas en la instalación. Una buena práctica empresarial es revisar periódicamente ambas magnitudes, especialmente cuando se producen cambios en el equipamiento, el personal o el uso del espacio. Como una revisión periódica que te mantiene en sintonía con las necesidades reales de tu negocio.
¿Por qué es importante conocer la potencia instalada?
Al final, conocer la potencia instalada en tu empresa u oficina no es solo una cuestión técnica. Es algo que realmente marca la diferencia en el día a día de tu negocio. Te permite dimensionar correctamente tu instalación eléctrica, estimar de forma realista la potencia contratada que necesitas y evitar esos cortes por sobrecarga que pueden paralizar tu actividad cuando más la necesitas.
También te ayuda a esquivar las sanciones por excesos de consumo y a reducir los costes fijos en la factura de luz ajustando lo contratado a tu realidad. Además, te da la capacidad de planificar con criterio futuras ampliaciones o renovaciones de equipos, anticipándote a los cambios en lugar de reaccionar cuando ya es tarde.
En definitiva, no se trata solo de un concepto técnico perdido en manuales, sino de una herramienta práctica para mejorar la eficiencia energética y el control de costes en tu negocio. Si no tienes clara la potencia instalada en tus instalaciones, es recomendable hacer una revisión profesional y asegurarte de que se corresponde con tus necesidades reales.
Una vez que tengas claro qué potencia necesitas, el siguiente paso es encontrar la tarifa eléctrica que mejor se adapte a tu empresa. Si necesitas ayuda para contratar luz para empresas o quieres que te asesoramos sobre las mejores opciones del mercado, no dudes en contactarnos. Al final, es una inversión que se paga sola en poco tiempo.






