District heating: qué es y cómo funciona la ‘calefacción urbana’
3 de junio, 2025
La calefacción urbana, conocida internacionalmente como District Heating, es un sistema cada vez más extendido en numerosos países europeos y que comienza a ganar terreno en otras regiones del mundo. Su creciente popularidad se debe a su eficiencia energética y su contribución a la reducción de emisiones contaminantes, lo que lo convierte en una pieza clave en el camino hacia una energía más sostenible.
En este artículo, exploraremos en detalle qué es el District Heating, cómo funciona, cuáles son sus principales ventajas y qué papel puede desempeñar en la lucha global contra el cambio climático.

¿Qué es el District heating?
District heating es un sistema centralizado de calefacción que distribuye calor a múltiples edificios —como viviendas, oficinas, hospitales o escuelas— desde una fuente común de generación térmica. Este calor se transmite a través de una red de tuberías subterráneas, generalmente en forma de agua caliente o vapor.
A diferencia de los sistemas tradicionales, donde cada edificio cuenta con su propia caldera o sistema de calefacción, el District heating centraliza la producción de calor, lo que permite un control más eficiente de los recursos energéticos y una significativa reducción de emisiones contaminantes.
Este tipo de infraestructura es especialmente útil en zonas urbanas densas, donde la proximidad entre edificios hace más viable y rentable la distribución del calor a través de redes compartidas.
¿Cómo funciona la calefacción urbana?
El funcionamiento del District heating puede dividirse en tres componentes principales:
- Generación de calor: El calor puede generarse a partir de múltiples fuentes, entre ellas:
- Energía residual de procesos industriales o plantas eléctricas (cogeneración).
- Biomasa (como astillas de madera o pellets).
- Energía geotérmica.
- Calor solar concentrado.
- Incineración de residuos urbanos.
- Calderas convencionales de gas como respaldo en momentos de alta demanda.
- Distribución del calor: Una vez generado, el calor se transfiere al agua, que circula por una red de tuberías altamente aisladas hasta llegar a los edificios conectados al sistema.
- Transferencia al usuario final: Dentro de cada edificio, el agua caliente pasa por una subestación térmica que transfiere el calor al sistema interno de calefacción (radiadores, suelo radiante, etc.) sin mezclar los fluidos. El agua enfriada regresa a la planta para ser recalentada, completando así el ciclo.
Este sistema cerrado permite un control preciso del flujo energético, reduce pérdidas de calor y optimiza el consumo general.
Origen del District Heating y su expansión global
Aunque el district heating puede parecer una innovación reciente, sus raíces se remontan a la antigüedad. En el Imperio Romano, ya se utilizaban sistemas de calefacción centralizados como el hipocausto, que distribuía aire caliente bajo el suelo de viviendas y baños públicos. Sin embargo, el modelo moderno de calefacción urbana comenzó a desarrollarse en el siglo XIX, con las primeras redes instaladas en Alemania y Estados Unidos, destinadas inicialmente a edificios públicos y grandes instalaciones.
Hoy en día, el district heating está ampliamente implantado en países del norte y este de Europa, donde las condiciones climáticas y una fuerte planificación energética han favorecido su desarrollo. Dinamarca, Suecia, Finlandia y Estonia son líderes en este ámbito, con porcentajes muy altos de hogares conectados a redes urbanas de calor. En algunos casos, más del 90% de las viviendas reciben calefacción mediante este sistema, muchas veces alimentado por fuentes renovables o calor residual de procesos industriales.
Ventajas del District heating
Adoptar un sistema de calefacción urbana conlleva múltiples beneficios, tanto a nivel ambiental como económico y social:
1. Eficiencia energética
El District heating permite aprovechar fuentes de calor que de otro modo se desperdiciarían, como el excedente térmico de plantas industriales. La cogeneración de calor y electricidad (CHP, por sus siglas en inglés) incrementa aún más esta eficiencia, al producir dos formas de energía desde una única fuente.
2. Reducción de emisiones
Al centralizar la producción y utilizar fuentes renovables o residuales, este sistema emite considerablemente menos CO₂ y partículas contaminantes que millones de calderas individuales.
3. Menor dependencia de combustibles fósiles
Especialmente cuando se alimenta con biomasa, geotermia o energía solar, el District heating ayuda a diversificar la matriz energética y reduce la dependencia del gas o del petróleo.
4. Mantenimiento y costes operativos
Al eliminar la necesidad de mantener calderas individuales, se reducen significativamente los costos de mantenimiento y se mejora la seguridad. Además, al ser un sistema a gran escala, las inversiones en eficiencia o modernización tienen un mayor impacto positivo.
5. Preparado para el futuro
Las redes de District heating pueden adaptarse con facilidad a nuevas tecnologías energéticas, como bombas de calor de alta capacidad, almacenamiento térmico o integración con redes inteligentes (smart grids), haciendo que sea una infraestructura preparada para las próximas décadas.
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