Energía reactiva, ¿qué es y cómo podemos reducirla?
13 abril, 2022
La energía reactiva se genera como resultado de transformar la electricidad para hacer funcionar determinados aparatos o maquinaria. Por este motivo es común que aparezca en las instalaciones de las pymes o empresas industriales. Esta energía se ve reflejada en las facturas por eso es importante saber cómo reducirla
Las instalaciones eléctricas de empresas industriales, ya sean grandes o pequeñas, suelen generar lo que conocemos como energía reactiva o energía fantasma. Se trata de un tipo de energía que se carga en la red eléctrica al transformar la electricidad a otros voltajes necesarios para hacer funcionar cierta maquinaria industrial, fluorescentes o ascensores.
Cuando se usa un transformador o un motor para que determinados aparatos eléctricos puedan funcionar, es probable que estemos generando este tipo de energía. Este fenómeno se da más comúnmente en instalaciones industriales.
Se mide en kilo voltio-amperio hora (kVArh) y se queda circulando por la red eléctrica pero no se puede consumir, con lo cual genera interferencias y desgaste en la instalación.
Es por este motivo que los suministros que generan energía fantasma pueden recibir una penalización económica que aplicará la compañía distribuidora eléctrica que opere en su zona, tal y como se estipula en el Real Decreto 1164/2001.
No siempre hay que pagar por esta energía perdida. Solo es obligatorio cuando se sobrepasa el límite permitido en un punto de suministro. Cuando esto ocurra, se reflejará en la factura.
¿Cómo se mide la energía reactiva?
La energía reactiva se mide mediante el factor de potencia, que mide la cantidad de energía fantasma respecto la energía activa. Por lo tanto, el factor de potencia mide la eficiencia del consumo eléctrico que se realiza en un punto de suministro.
En caso de exceder la cantidad establecida por la red de distribución eléctrica, se nos facturará en el recibo de luz del período correspondiente al exceso. En la misma factura de la luz, aparecerá el importe a abonar bajo un concepto específico.
Y, ¿cómo se calcula el precio a pagar por el exceso de energía fantasma? Se trata de una operación sencilla: sólo hay que multiplicar los kilo voltio-amperio hora de energía correspondientes a un período por el precio de facturación que tenga este tipo de energía en cada franja horaria. Todo ello viene determinado en la orden ITC 1723/2009 del BOE.
¿Cómo reducir la energía reactiva?
Pese a todo lo anterior, no es necesario conformarse con generar energía fantasma y pagar por ello. Existen sistemas específicos para impedir su producción en cualquier circuito eléctrico y así evitar las penalizaciones económicas impuestas por las distribuidoras.
Los elementos que controlan y limitan la generación de este tipo de energía, y que podemos adherir a nuestra instalación, son, básicamente, las baterías de condensadores.
Se trata de un sistema que se conecta al cuadro general de la instalación eléctrica y que tiene la capacidad de reducir la energía reactiva hasta un 100%. Además de esta función principal, las baterías de condensadores tienen también muchas otras ventajas:
- Optimizan el funcionamiento del suministro eléctrico
- Ayudan a mejorar la tensión de la red eléctrica
- Contribuyen a una mayor eficiencia energética
- Comportan una reducción de las facturas de luz de las empresas que reciben penalizaciones por la generación de energía fantasma
- Tienen una vida útil de 10 años
Como vemos, estos sistemas son una gran solución para evitar la generación de energía reactiva y todas las consecuencias que eso conlleva. Sin embargo, antes de realizar cualquier intervención en un punto de suministro, lo más recomendable es contar con el asesoramiento de un experto.