Los beneficios de la tarifa plana de luz para empresas
23 marzo, 2023
El exponencial aumento del precio de la luz en los últimos años y que parece no tener fin, unido a la subida de los precios del gas derivado del conflicto entre Rusia y Ucrania, ha provocado que muchas compañías energéticas del mercado nacional hayan comenzado a ofrecer la tarifa plana de la luz como una solución para todas aquellas empresas que quieren controlar su gasto.
Esta propuesta comercial del mercado libre se basa en el pago de la misma cuota cada mes, independientemente del consumo de luz que la empresa realice. La premisa de la que parten las comercializadoras energéticas es la de ofrecer estabilidad y precios sin sorpresas.
Antes de escoger este tipo de tarifa es muy importante que tengamos en cuenta los siguientes aspectos:
- Regularizaciones: Si la comercializadora realiza regularizaciones a final de año, podríamos encontrarnos con la sorpresa de tener que pagar por los kWh de más que hayamos consumido a lo largo del año.
- Permanencia: Muchas comercializadoras aplican penalizaciones por abandono del contrato antes de cumplir un año.
- Planes de Reembolso: Algunas compañías eléctricas compensan a los clientes que, una vez transcurridos 12 meses, hayan consumido menos de lo esperado.
Además, también deberemos tener en cuenta aspectos importantes como la calidad del servicio de atención al cliente ofrecida, la posibilidad de contratar tanto luz como gas o la procedencia de la energía.
Qué es la tarifa plana de luz
Este tipo de tarifa es una modalidad en la que el consumidor siempre paga la misma cuota durante toda la duración del contrato, que habitualmente es de un año. Es decir, se basa en ofrecer al usuario una cuota mensual fija para los 12 meses del año. Para el cálculo de esta cuota, la comercializadora toma como referencia el consumo que ha realizado la empresa durante el año anterior, datos que pueden ser consultados por cualquier compañía eléctrica.
Una vez obtenida esta referencia, la comercializadora establece un consumo máximo anual más un porcentaje que suele situarse entre el 30% y el 50%, y que el cliente no podrá superar antes de la finalización del contrato. En caso de que la empresa sobrepasara este consumo máximo, la compañía eléctrica podría cambiar al cliente de tarifa o cobrarle una penalización por el exceso de kilovatios (kWh) consumidos a un precio previamente fijado.
La tarifa plana de electricidad está pensada por lo tanto, para todas las empresas que quieran controlar muy bien su consumo energético y conocer por anticipado el total de su factura a final de mes, sin preocuparse de las subidas de precio del mercado, de las franjas horarias o de un exceso puntual en sus hábitos, siempre que sea moderado.
Características de este tipo de tarifa
Las características más significativas que ofrece este tipo de tarifa de la luz son las siguientes:
- Límite de consumo. Basándose en el consumo de la empresa de los últimos 12 meses, la comercializadora establece un límite de consumo anual en el contrato.
- Cuota mensual. La comercializadora establece la cantidad de dinero que pagaremos al año, fijando una cuota mensual.
- Si decidimos romper el contrato antes de finalizar el año tendremos que pagar una penalización.
- Regularización. Al cumplir el año, la mayor parte de las compañías eléctricas calculan si hemos consumido más o menos del límite de consumo establecido, devolviéndonos o cobrándonos la diferencia. Mediante esta regularización se comprueba si el cliente ha sobrepasado o no el consumo máximo estipulado. Pueden darse dos casos:
- Consumo menor al límite marcado: La compañía resta la cuantía equivalente en la primera cuota del siguiente año.
- Consumo mayor al límite marcado: La empresa cliente debe abonar la diferencia al precio que marque la comercializadora.
Diferencias entre una tarifa plana y una cuota fija
Muchas empresas no diferencian entre tarifa plana y cuota fija, ya que ambos conceptos son muy similares, lo que puede inducir a error. La cuota o tarifa fija no es una tarifa propiamente dicha, sino una fórmula de pago que se puede suscribir para tarifas que no son planas, por lo que no tienen un máximo de consumo. La diferencia más significativa entre estos dos términos es que en la cuota fija, aunque también se paga lo mismo todos los meses, sí existe una regularización a final de año. Es decir, en la cuota fija, la comercializadora cobra los kWh consumidos de más y que no hayan sido pagados cada mes, o nos devolverá aquellos que no hayamos gastado.
Veamos a continuación las diferencias más significativas entre estos dos conceptos:
Tarifa plana
- La compañía eléctrica calcula lo que vamos a gastar en un año y establece un precio para ese consumo estimado.
- El cliente no puede modificar las cuotas en ningún caso. Transcurrido un año, la compañía puede modificar la cuota.
- Si la empresa cliente supera el límite establecido por la compañía, deberá pagar la diferencia más una penalización.
Cuota fija
- La cuota fija no tiene un máximo de consumo establecido, sino que se pacta un precio mensual estándar. Podemos consumir más de lo que nos correspondería según esa cuota mensual, pero lo tendremos que pagar en la regularización a final de año.
- En la cuota fija se incluyen los impuestos, algo que, por norma general, no ocurre en la tarifa plana.
- El cliente pacta con la compañía cuánto quiere pagar al mes.
- El cliente puede modificar en cualquier momento las cuotas si lo desea, ajustándolas al consumo que realiza.
- Si al final del contrato hemos consumido más de lo esperado, deberemos pagar la diferencia.
A modo de conclusión podemos decir que el principal beneficio de contratar una tarifa plana de luz es saber por anticipado lo que vamos a pagar cada mes. Sin embargo, a nivel de ahorro las empresas pueden llegar a gastar menos contratando una tarifa fija de luz, ya que el precio por kWh es habitualmente más económico. Por lo tanto, contratar una tarifa plana de luz no debe plantearse como una forma de ahorro, sino que es la opción ideal para aquellas empresas que busquen pagar siempre lo mismo.
Para no encontrarnos con gastos inesperados, es fundamental que la empresa tenga su consumo muy controlado, de forma que nunca llegue a exceder el límite establecido. Si no hacemos esto, puede ocurrir que a final de año tengamos que pagar una factura muy elevada.
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